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Sobre la defensa de Hipólito Mejía a funcionarios corruptos

Hipólito Mejía, ex presidente dominicano, en el idílico ocaso de su vida, como Platón, Aristóteles, Diógenes o Sócrates, sigue “instruyendo” a su pueblo y a otros, incluyendo al norteamericano, de políticas partidista y maneras filosóficas para una mejor gobernanza de las naciones.  Sus pláticas no las sostiene desde el ágora como aquellos, sino, por los actuales medios de comunicación masivos como son la radio, TV, internet (Twitter, Instagram, Tik Tok, WhatsApp, YouTube, etc.) y periódicos físicos y digitales, etc. Al efecto, el miércoles pasado (19/01/2022), fue entrevistado en la calle por una periodista que le preguntó, si podría repetirse que los expresidentes puedan someterse a la justicia por corrupción, tal como aconteció con Jorge Blanco. Hecho este preliminar, vayamos al tema que nos ocupa.

1 – En aquella entrevista, por enésima vez, el expresidente Mejía reiteró que a los presidentes se respetan, que es enemigo de la retaliación con los presidentes. Y da a entender claramente, que ellos deben de gozar de impunidad privilegiada.   Ante el aclarando de la periodista de que la ley tiene que aplicarse a todos por igual, Hipólito respondió, que esa es una convicción suya muy personal, que la aplicó siendo presidente de la república, con muy buenos resultados.

2 – Con estas declaraciones, Hipólito no sorprende a nadie, porque esa posición la ha reiterado en innumerables ocasiones, pero esta vez, él ha añadido dos nuevos elementos:  Uno: La impunidad privilegiada (una figura jurídica que no existe en nuestra Constitución ni en las leyes sustantivas).  Por consecuencia, Hipólito, medalaganariamente respalda la impunidad privilegiada para los ex presidentes y funcionarios importantes; digamos: ministros, jueces, militares, diputados, senadores, director de alguna institución gubernamental, como aduanas, autoridad portuaria, OISOE, etc. Dos: Hipólito – dice él – que le aconsejó a las autoridades norteamericanas no perseguir a los presidentes, porque ha visto el gran problema que causa la misma en países como Colombia, Perú, Centroamérica y varios países más.  Ahora bien, Mejía no ha hablado de estar en contra de la persecución e intento de magnicidio a los presidentes y funcionarios de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Me imagino que no lo hace, porque para él, eso es harina de otro costal.

Disquisiciones sobre las declaraciones de Mejía

3 – En defensa de su posición sobre impunidad privilegiada a los expresidentes y funcionarios importantes, Hipólito comete un grave error de interpretación de los conceptos retaliación y justicia. Él no es abogado, pero como expresidente de la República, y ex alumno y miembro emérito de la escuela de formación política del partido “José Francisco Peña Gómez”, él debiera de conocer la gran diferencia conceptual, que explica la morfología, existe entre los términos retaliación y hacer justicia.  Morfológicamente, retaliación y venganza son sinónimos; mientras que en lo jurídico hacer justicia es aplicar la penalidad que corresponde a la violación de una ley, sin que medie la retaliación, es decir, la venganza, sino, la imparcialidad y el espíritu de las leyes.

4 – Por las explicaciones anteriores, es desacertado y antijurídico (e inmoral exponencialmente), tipificar como retaliación, la persecución que los órganos de justicia del Estado emprenden contra un expresidente o funcionario público que se haya enriquecido a expensas de robar el dinero y otros bienes del pueblo puestos bajo su administración y cuidado.   Es decir, perseguir a un ladrón de los bienes del pueblo, no es retaliación, sino, justicia.  Y la justicia debe ser presidida por la diosa Temis, la que con espada y balanza en manos, juzga con los ojos vendados con justicia y equidad.

Sin justicia tendríamos un desastre de país

5 – Ahora bien, ¿Qué país tendríamos, si la impunidad privilegiada que propone el expresidente Mejía, le diésemos rango constitucional?  ¿Entonces, tendría la justicia calidad moral para juzgar a los que acosados por el hambre y la miseria se  roban un racimo de plátano, par de libras de yuca o batatas, o una lata leche en algún establecimiento comercial, para saciar hambre de él y los suyos?

6 – ¿¡Dios mío, que locura y que caos de país sería ese, donde no hay respeto por las leyes, ni autoridad con la autoridad moral para aplicarlas, ni un régimen de consecuencias penales para los funcionarios públicos que van al Estado a robar a manos llenas los recursos del pueblo!?  ¡Jesús Santísimo, la delincuencia acabaría con nuestro país!  Nuestro terruño se convertiría en un “Viejo Oeste”, o en tierra de nadie, donde imperaría la ley del mas bandido y fuerte.

7 – Imagínese usted lo que ocurriría en un país, o en el nuestro, si el presidente, vicepresidente, los 32 senadores, los 193 diputados, todos los ministros (de agricultura, salud pública, obra pública, educación, economía y desarrollo, etc.), los gerentes,  administradores de banco, de las Edes eléctricas, el director del correo, el director de aduanas, del IAD, del INDRHI, el gobernador del Banco Central y de Reservas, los administradores de puertos y aeropuertos, cualquier encargado departamental, incluso los empleado de cuarta y quinta categoría, como los mensajeros y conserjes, el encargado del taller de mecánica, etc., etc., etc., si todos ellos se dedicaran a robar todo lo que está a su alcance, amparados en la impunidad propugnada por Mejía, indefectiblemente, el país se convertiría en una locura, en caos total, y definitivamente devendría, en un estado fallido como Haití.

8 – Por otro lado, si esa impunidad privilegiada se establece como Hipólito plantea ¿entonces, para que mantener un sistema de justicia?  O pudiera ser, que la misma solo sea, para los que acosados por el hambre y la miseria, se dediquen a robar plátanos y yuca en las fincas de los funcionarios públicos, compradas con el dinero robado al pueblo.

9 – Entonces, en una nación así, con un régimen de impunidad privilegiada, deviene el caos total. En este vivir como un chivo sin ley, el pueblo sufre las terribles consecuencias que se derivan de semejante aberración, puesto que, se rompe la armonía necesaria para la convivencia social, imperará el hambre, el desempleo, la carestía de todo, las drogas y narcotráfico, se dispara la inflación e inseguridad ciudadana, se generaría deficiencia en la educación y servicios de agua, electricidad y transporte; disminuye drásticamente la producción agropecuaria y la delincuencia se multiplicaría, con lo que, seriamos otro Haití. Además, por culpa del caos y promiscuidad que generan las injusticias, todo sería un desastre y nos convertiríamos en otra Sodoma y Gomorra

10 – En esta vorágine de hechos controversiales, la negativa de Hipólito a reconocer la independencia del actual sistema de la justica, es desmentir al propio presidente Luis Abinader, pero también, con oponerse a que los corruptos sean juzgados, es hacerle una oposición corrosiva a Luis y al gobierno que él preside; cuando se supone, que Hipólito debiera apoyar el descomunal esfuerzo de juzgar a los corruptos que está haciendo nuestro presidente para romper con esa cultura de corrupción e impunidad, que desde 1844, viene minando los cimientos de la República. Además, Todos (y en especial Hipólito), debe poner su parte para que Luis puede cumplirle al país, con el “Cambio prometido” en este sentido, en su campaña electoral.

Otras disquisiciones 

11 – Las personas como yo, entendemos, que los saqueadores del Estado deben ser juzgados con el mayor rigor posible aplicando sin contemplaciones, todo el peso de la ley, porque su maldad es doble, al defraudar vilmente a quienes confiaron a ellos la administración y cuidados de los bienes de la República, cuando lógicamente, ellos deben ser los primeros en dar ejemplo de honradez y eficiencia, y en ceñirse al cumplimiento de las leyes y de las ejecutorias que les fueron encomendadas en sus respectivas labores de Estado.

12 – No sé por qué, Hipólito no lo ve así.  Frente a estas reflexiones con las que el pueblo está conteste, sería interesante, que el expresidente Mejía, justifique con argumentos lógicos, las razones por las cuales, él aboga, que a los presidentes y demás funcionarios que se han enriquecido con fortunas exorbitantes, robándole al pueblo los bienes que les fueron puestos a su cuidado y administración. Incluso que aborde, el por qué, tampoco deben de quitarles esos bienes mal habidos a todos esos delincuentes.

13 – ¿También sería bueno y saludable, que la periodista que en esta ocasión entrevistó a Hipólito, le haga una visita a Danilo, Leonel, Félix Bautista, Euclides Gutiérrez Félix, Francisco Domínguez Brito, al Pared Pérez sobreviviente, a Francisco Javier García, Amable Aristy Castro, Diandino Peña, etc. y les pregunte, las razones por las cuales ellos en todo tiempo preferían de presidente a Hipólito Mejía, ¿y no a Luis Abinader?

14 – También en una próxima entrevista a Hipólito le sugiero a esa periodista o a cualquier otro, si él no ha considerado que su apoyo a los corruptos constituye un acto de complicidad con la delincuencia, una acción que es sancionada penalmente por nuestra leyes adjetivas y sustantivas.  También, me gustaría saber las razones por las cuales, Mejía ha dicho públicamente sin tapujos, que le debe “lealtad y gratitud” al mitómano Danilo Medina.

15 – Finalmente, a título personal le sugiero a Mejía, que como él es cristiano confeso, le dé un repaso a los libros de la Biblia que hablan de lo que acarrea a las naciones las injusticias de los malos gobernantes, teniendo en cuenta, que la impunidad es la expresión más alta de la injusticia; que la misma es abominación a Dios, y que quien la apoya se convierte en cómplice del delito, y en reo de muerte.

Citas bíblicas

“Justicia y juicio son el cimiento del trono de Dios, igualmente lo son para las naciones.   No harás injusticia en el juicio, ni favoreciendo al pobre ni complaciendo al rico.  La injusticia es una forma de esclavitud y opresión. Impunidad es injusticia y a la vez, abominación a Dios, y la tierra se hace inmunda donde hay injusticias.   El gobernante sabio, educa a su pueblo y organiza bien su gobierno.  Cuando el rey es ignorante e injusto, el pueblo acaba en la ruina. Cuando el rey es sabio y justo, el pueblo prospera.

Conclusión

Una nación sin autoridades consciente de sus deberes y derechos, con gobernantes irresponsables y corruptos, dirigida por ladrones de la cosa pública, y bajo el imperio de las injusticias, es una nación que indefectiblemente perecerá.

El que tenga oídos, que oiga…

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